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Tai seisu (Ley suprema) japonesa

La nación japonesa es el centro de las miradas con la puesta en acción de los Juego Olímpicos de Tokyo, una de las noticias que se ha vuelto tendencia fue la prohibición de visibilidad de tatuajes en brazos y manos de la competidora colombiana Valentina Acosta, debido a las posibles asociaciones de los tatuajes con los temas de política o problemas con derechos de imagen.

Aunque ese fue el discurso oficial, los japoneses tienen una asociación cultural de los tatuajes con el crimen y la Yakusa (la mafia japonesa). En términos más o menos generales la cultura japonesa se encuentra basada en una serie de normas estrictas.

Por este motivo, en las siguientes líneas se describirán algunas de las normas culturales que alberga la cultura japonesa, que incluyen: el consumo de alcohol, las geishas, la prostitución y por último la crianza de niños japoneses.


El consumo de alcohol

Los japoneses tienen un código de conducta muy estricto con el consumo de alcohol, especialmente con la bebida tradicional asiática: sake.

Esta bebida hecha a partir del fermentado de arroz equivalente a una cerveza y que en el idioma japonés significa simplemente bebida alcohólica, no puede ser bebida una vez que el jefe del hogar donde uno se encuentre comience a comer.


Es decir, uno puede beber sake antes de comenzar a probar los alimentos, pero una vez que el jefe del hogar prueba la primera cucharada de arroz el consumo de alcohol se detiene, ya que en la cultura japonesa no se debe combinar la alimentación con el sake.


La prostitución

Este hecho sobresaliente en la cultura japonesa involucra la visita de los hombres a casas de las geishas y prostitutas. En primer cuando los hombres acuden con las geishas sus esposas están al tanto de su visita y estás no lo toman a mal, sino ayudan a preparar a sus esposos y posiblemente paguen la factura de los servicios que recibirán.


Las geishas son mujeres de altos modales que con bailes y un trato exquisito muestran a los hombres actitudes eróticas pero sin llegar precisamente al acto sexual; para que un hombre y la geisha se contraigan como pareja sexual el hombre puede generar un contrato como patrón de la mujer o ser cautivada por el hombre para que la geisha se entregué naturalmente.

Por su parte las prostitutas se encuentran en un nivel menor al de una geisha, estás los hombres suelen visitarlas en ocasiones después de haber estado en casa de las geishas, las prostitutas tienen un costo menor, los hombres van a casas donde son administradas por hombres. Para su elección fuera de la casa hay fotos de las mujeres que se tienen y los hombres eligen cuidadosamente a alguna, de igual forma si se firma un contrato para convertirse en el patrón exclusivo de alguna mujer.


La crianza tradicional japonesa

Las reglas sobre la educación de los niños japoneses comienza incluso antes de que nazcan los niños, ya que el parto significa un momento privado el cual nadie debe enterarse públicamente por lo cual queda prohibido gritar a la hora del parto, el recién nacido no es alimentado hasta el tercer día para dejar que su madre tenga la leche definitiva; por su parte el niño es puesto en una cama nueva, este no duerme con los padres pues se piensa que al ser un sujeto nuevo en la vida debe tener también un espacio nuevo, esta cama es puesta al lado de la cama de los padres.


Los niños desde su pronto nacimiento son educados para cumplir con los horarios dispuestos para la comida y el sueño, más allá de sus propios deseos; la idea de tener un hijo en Japón no sólo contempla la satisfacción emocional de los padres, ya que de no tenerlos fracasarían con la trascendencia de la línea familiar.

El bebé puede ser amamantado cuantas veces sea necesario, pero no puede permanecer en los brazos de su madre hasta que sea presentado en el santuario local al pasar los primeros treinta días de nacido, después de esto comienzan a ser cargado continuamente en la espalda de sus madres, durante los primeros entre 3 o 4 meses de nacido estos usan pañal, después estos comienzan a ser llevados afuera de las casas para que hagan del baño mientras su madre silba suavemente como un estímulo acústico.


Por último existe una tendencia a que los niños japoneses aprendan primero hablar de que caminar; desde ese momento de manera formal se le enseñan los valores lingüísticos de su cultura, palabras de respeto y gramática.


Nota: Estos rasgos de la cultura japonesa están basados en la información proporcionada en el texto El crisantemo y la espada de Ruth Benedict, texto publicado por primera ocasión en 1946, por lo cual es de esperarse de la dinámica de la cultural que estos rasgos ya hayan cambiado.



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