Sobre el Gobierno representativo contemporáneo; pensar la democracia en tiempos electorales
- Revista Afluente
- 28 may 2021
- 4 Min. de lectura
´´Princesa de ciudad; deriva una dicotomía entre lo abstracto, lo grotesco, lo que mata una y otra vez, lo que es la ciudad y lo que eres tú; lo bello , lo que merece salvarse de aquí, porque te quiero profundamente porque deseo que nuestros andares se crucen una y otra vez´´
JRJ
Cuando se piensa en periodos electorales se forma en la imaginación el mecánico proceso de insertar el voto en la urna, soportar los spots políticos en la televisión, la prensa; observar las calles de la ciudad con propaganda y bocetos de tal o cual candidato y partido, pero ¿Qué es todo esto? ¿La democracia abarca más que solo ese proceso de marketing y ese proceso mecánico de depositar el voto? ¿En qué democracia estamos? ¿Qué es democracia?
No utilizaré esta columna para realizar un análisis de cómo informarse para un voto útil, ni para analizar los posibles efectos de las elecciones venideras, mi objetivo es un paso anterior, situar nuestros pies en la realidad , explicar brevemente el lugar donde estamos; la llamada democracia de audiencias. Sé que la teoría es densa y abstracta en cierto sentido, pero necesaria , proporcionaré contenido teórico (explicado de forma sencilla y crítica) que explique nuestra realidad, porque un sentido crítico de la realidad social siempre genera cambios, porque la ciencia y la filosofía son para todxs.
Una introducción necesaria en extremo, es tener en cuenta una definición mínima de ´´democracia´´. Al respecto, Schumpeter propone definir la democracia (el gobierno representativo) como ´´ese arreglo institucional para llegar a decisiones políticas en el que los individuos adquieren el poder de decidir mediante una lucha competitiva por el voto del pueblo´´ (Schumpeter, 1942, citado por Manin 1998).

Para responder estas preguntas y situar nuestros pies en la historia , para darnos un sentido de donde estamos parados debo utilizar la Historia, porque sin Historia no somos nada. Los principios del Gobierno representativo actual se remontan al primer intento de democracia en Francia, Inglaterra y Estados Unidos , durante el siglo XVlll surge el parlamentarismo, la personificación de la política en representantes, la élite que recaía en la nobleza. Punto lejano en Historia pero que dejó dos principios fundamentales; el carácter no vinculante de promesas electorales y la independencia parcial de los representantes.
Damos un gran salto en la Historia y ahora nos encontramos con otra metamorfosis del gobierno representativo; la Democracia de Partidos (situada históricamente a finales del siglo XlX) , aquí la política tiene un gran cambio, se vota por el partido político y ya no por personas. La nueva elite en el poder es la burocracia de partido y el activista o militante quienes han reemplazado a los notables en el parlamento.
La época de los partidos de clase, de la pertenencia social y cultural a las clases sociales y de la extensión total del sufragio. Lo que importa es el programa político del partido y no quien sea el representante en el parlamento porque este está sujeto fuertemente al partido, el partido político es el centro de la vida pública, crea manifestaciones, organiza a la sociedad y estructura a la prensa política y culturalmente.
Y llegamos a nosotros, a nuestro tiempo contemporáneo, a nuestra forma de gobierno actual; la democracia de audiencias, en la cual ´´ […] las personas parecen votar de modo distinto de una elección a otra dependiendo de la persona en particular que compita por su voto. Los votantes tienden cada vez más a votar a la persona en vez de al partido o al programa´´ (Manin, 1998 , pág. 267) .
Es el auge de los medios de comunicación masivos, en el que la televisión promueve un realce a la individualidad de los candidatos, los candidatos exitosos en la política son aquellos mediáticos, políticos que tienen un mayor dominio de las técnicas de comunicación mediática que otros. Las promesas de los candidatos no tienen carácter vinculante con su electorado, gozan de cierta libertad de decisión, pero el electorado (nosotrxs) también conocido como la opinión pública puede manifestarse y organizarse para la obtención de demandas y peticiones, además de dictar veredicto con su voto en las próximas elecciones.
La democracia de audiencias nos muestra un retorno a un rasgo que se creía perdido , la personificación individual de la política y los representantes. Ahora el electorado vota por un representante sin verse ligado a una división de clase, el voto también va dirigido especialmente a la coyuntura o momento en contexto, es decir, el votante es flotante , tiene información de una prensa neutral y no partidista.
El auge de los medios populares no partidistas tiene una importante consecuencia : sean cuales sean sus preferencias políticas, todo individuo recibe la misma información sobre un determinado asunto que cualquier otro. Por supuesto, las personas siguen formándose opiniones divergentes sobre cuestiones políticas, pero su percepción de la propia cuestión tiende a ser independiente de las inclinaciones partidistas individuales. (Ibidem, p. 279)
Mientras leían los párrafos anteriores, ¿Han podido hacerse una imagen de la realidad próxima del 6 de junio? , exactamente, el electorado votará por candidatos que personifican la política apoyados por un partido o colisión detrás, se votará dependiendo la coyuntura de elección; elecciones legislativas, elecciones para representantes de cargos estatales y municipales, etc. Ya no es la época de las divisiones partidistas empíricas de clase, ahora es el tiempo de la Democracia de audiencias, de los candidatos y expertos en comunicación y marketing.
Referencias
Manin, B. (1998 ). Los principios del Gobierno Representativo . Madrid : Alianza editoral .
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