Responsabilidad social sí, valor social no: el caso de Facebook y otros imperios tecnológicos Pt. 1
- Revista Afluente
- 20 may 2021
- 7 Min. de lectura
Desde que tienes una cuenta de Facebook, ¿cuántas veces has accedido a la pestaña de privacidad en el menú de ajustes? ¿Cuántas veces has modificado tus parámetros de privacidad en Instagram qué, te aclaro, no se resumen en hacer tu cuenta privada? ¿Alguna vez te diste cuenta de que WhatsApp te notifica cuando tus códigos de encriptación cambian con un contacto, pero Messenger no? ¿Notaste que te estoy hablando de los servicios de una única empresa?

Seguramente por allá de 2012 o 2014 alguna vez leíste que es muy cómodo trabajar en Facebook. La película Red Social ilustra bastante bien ese hecho, cuando pintan al corporativo de Facebook en Menlo Park como un bonito edificio grande con oficinas espaciosas y trabajadores con su propio escritorio conectados escuchando música. Lo mismo pasa con Google México: una muy bonita oficina que más bien parece un loft del estilo del noroeste estadounidense en Lomas de Virreyes. Microsoft les da a sus empleados vacaciones pagadas independientemente de su función, Apple premia a los diseñadores que logran hacer aún más estético el MacOS o iOS.
Pareciese ser que los gigantes de la tecnología, Apple, Microsoft, Google y Facebook (todos con presencia en México) son bonitos lugares para trabajar; ¿a quién no le gustaría trabajar en la minimalista y sublime tienda Apple de Santa Fe o en un Apple Premium Reseller de Madero o Masaryk? Y sale sobrando que, ¿a quién no le gustaría que le pagaran bien por hacer poco trabajo o incluso una labor hasta divertida como diseñar los doodles de Google en días festivos?

Las empresas tecnológicas se jactan de ser socialmente responsables, para que una empresa tenga dicha certificación debe de cumplir con cuatro criterios: ética y gobernabilidad empresarial (es decir que exista democracia e igualdad entre los colaboradores de la misma), calidad de vida dentro de la empresa (que la empresa pague por servicio médico, comedor, actividades recreativas, etcétera), vinculación y compromiso con la comunidad (quiere decir que la presencia de la empresa dentro de una comunidad circundante sea beneficiosa en varios sentidos por ejemplo que informe a los habitantes de algún desastre o preste algún servicio social desinteresado) y por supuesto el cuidado del medio ambiente.
No voy a hacer un análisis de cada gigante tecnológico pero lo que es cierto es que los cuatro cumplen con estas características. Google presta excelentes salarios, Facebook prevé de excelente servicio médico a sus trabajadores, Microsoft ofrece actividades recreativas y Apple de un tiempo para acá ha asumido mejores prácticas medioambientales en todos los países donde opera. Los cuatro son socialmente responsables porque tienen buenas prácticas para con sus trabajadores y sobra decir que dan trabajo tanto directa como indirectamente a muchas personas alrededor del mundo.
Entonces, aquí el primer punto “la responsabilidad social empresarial (RSE), se define como la contribución activa y voluntaria al mejoramiento social, económico y ambiental por parte de las empresas, con el objetivo de mejorar su situación competitiva, valorativa y su valor añadido” (SE, 2016) y, como redactor de esta columna, estoy dando por hecho que las cuatro grandes empresas tecnológicas Apple, Microsoft, Facebook y Google tienen RSE y hacen esfuerzos por elevarlo, pero ¿Qué tan valioso es Facebook para la sociedad? ¿Qué tan responsable es Google frente a sus usuarios? ¿Las MacBook son tan respetuosas con el usuario como se anuncia en la pagina de Apple?

Antes de responder a las anteriores preguntas necesito responder primero ¿qué hace valioso en un contexto cibernético a un ser humano?... sus datos. Lo que hace valiosa a una empresa tecnológica en una sociedad son sus políticas de privacidad, entre más robustas o prousuario mejor;
Tú aceptas las políticas de privacidad de una empresa en esos famosos recuadros que cuando te registraste en Facebook, obtuviste tu Apple ID, abriste tu Cuenta Microsoft u obtuviste tu cuenta de Gmail palomeaste sin haber leído. Nada es gratis en esta vida. Las empresas tecnológicas ofertan sus productos como algo “gratis” porque no tienes que pagar nada para obtener una cuenta de Facebook o de Instagram, pero estás entregando tus datos a Facebook Inc. para ser procesados fuera de tu país de origen bajo opacas políticas de privacidad ⎯esto según Duck Duck Go⎯.
Dato curioso, si vives en Estados Unidos tu cuenta de Facebook se procesa bajo la jurisdicción norteamericana, si vives en cualquier otro país (exceptuando a los Estados miembros de la Unión Europea) los datos de tu cuenta de Facebook se procesan en Irlanda... Aunque nunca ha quedado claro en que servidores guarda Facebook las credenciales de acceso de tu cuenta si en Dublín o en sus centros de datos en Oregón.
Las políticas varían de empresa a empresa, Google por ejemplo no tiene empacho alguno en soltar los datos de sus usuarios de Gmail (es decir los de todo mundo) como si fuera carbón caliente a las agencias de inteligencia de los Estados Unidos. Microsoft lo haría con la debida orden judicial de un tribunal muy especial del que quizá te hable en otra columna... pero si obtiene dicha orden va a entregar todo, literalmente todo, hasta las compras de skins que hiciste con tu tarjeta de regalo de Xbox.

El caso de Apple es difícil, puesto que la compañía de la manzana se jacta de respetar la privacidad de aquellos con un iPhone, no obstante también podría ser obligada de entregar la información de sus usuarios con cierta facilidad por parte de los gobiernos del mundo. Es sabido que es bastante sencillo implantar en MacOS programas rastreadores o mineros que recolectan información sensible directamente de una computadora que se vende como privada según el fabricante.
Pero bueno, asumiendo que seas una buena persona vamos a dejar de lado el hecho de que pareciese que las cuatro compañías operan en última instancia como grandes observadores de los gobiernos y nos vamos a centrar en la dimensión publicitaria y para ello he decidido ver el caso de Facebook de forma más específica.
Para Facebook eres un número, cada cuenta tiene un identificador, y si alguna vez te metiste al menú de ajustes, probablemente habrás notada que tienes una cuenta publicitaria asociada a Facebook, aunque tú solo compres en Amazon o Mercado Libre. Cuando tú te registras en Facebook sueltas voluntariamente una serie de datos personales: nombre, edad, teléfono, residencia, etcétera. Facebook ha asegurado que no vende los datos personales de sus usuarios, es decir los que tu subes a dicha plataforma, es cierto, no lo hace, porque en realidad lo que vende con fines publicitarios son los datos que sus algoritmos logran recolectar de ti con base en tus me gusta, tus reacciones, tus posts, tus estados, etcétera.

Pero ¿creías que ahí acababa la cosa? Mi querido lector, es solo el principio, supongamos que estás en Facebook y cierras su pestaña en tu navegador (que estoy seguro debe ser Google Chrome para variar. Me permito recomendarte que no lo uses) y vas a buscar cualquier producto en Mercado Libre o Amazon porque quieres comprarle algo a tu pareja sentimental. Lo buscas, te escandaliza el precio, lloras por tu pobreza y te vas a desahogar en Facebook; pasas cinco, diez o quince publicaciones y te aparecen publicidad dirigida de Mercado Libre o Amazon (aunque solo hayas buscado en una de esas dos plataformas) con el mismo producto y si deslizas a la izquierda otras versiones del producto más baratas.
Ok, está bien, no hay problema. Minutos después, te llegó un correo electrónico a tu cuenta de Microsoft Outlook (aka. Hotmail) de alguna tarea o compromiso. Abres tu correo de Outlook y en la parte derecha de la pantalla hay un enorme anuncio de Mercado Libre ofreciéndote checar precios de productos relacionados con lo que tu sabes que buscaste la última vez. ¿Qué pasó?

Bueno, lo que ocurrió fue que las cookies de Facebook que te siguen a través de internet dentro del ecosistema del dispositivo que usas (se me olvidó decirte que Facebook también solicita acceso a las características de tu dispositivo entre ellas la dirección IP de este) y las cuales aceptas “por razones publicitarias” y te siguen por todo lo que hagas en la inmensidad de Internet. Esto ocurre con Facebook y Google principalmente, de hecho, el gigante de Mountain View tiene presencia en el 75% del Internet navegable.
El fenómeno anteriormente descrito recibe el nombre de rastreo en internet. El seguimiento cibernético es un problema serio en el siglo XXI y es necesario evitarlo. Facebook junto con Google son los dos gigantes tecnológicos que mercantilizan tu huella digital así como también pueden cooperar sin objeción alguna con el gobierno para hacerle accesible tu data. No obstante, es mucho más preocupante que estas plataformas nos fuerzan a caer en su uso porque nuestro ambiente se adapta ahora a la oferta digital de servicios. Por ejemplo, bien podrías no usar tu cuenta de Gmail para nada, pero te vez obligado a utilizar el servicio Classroom para entregar tus tareas por ejemplo durante no sé ¿una pandemia?
Pero me he decidido centrar en el caso de Facebook por una razón más sensible. Facebook se presenta como una red social para mantener comunicación con tu familia y círculos sociales cercanos. Facebook a diferencia de Twitter está diseñado para que solo las personas que aprecias estén en tu lista de amigos. A partir de estas conexiones cibersociales construyes dentro de la plataforma un perfil político, social, cultural y publicitario.
A Twitter (aunque también realiza seguimiento) no se le pueden hacer grandes objeciones porque está diseñado para ser completamente público per se; en Twitter, los tweets son públicos, en Facebook tus publicaciones van dirigidas a tus amigos o a las personas que elijas ¿qué tan seguros estamos de que realmente esto último se cumple? Facebook es la empresa tecnológica más irrespetuosas con sus usuarios y por ello se merece ser relegada como medio de comunicación de masas.

No sé tú, a mí me parece escalofriante y espeluznante que me aparezcan anuncios dirigidos a mi de forma tan certera. No me gusta que una empresa maneje mis datos con opacidad. No sé qué opines tú, pero yo no soy una mina de datos, soy un ser humano que vive en el siglo XXI y que deseo beneficiarme de los beneficios de Internet como extensión de mi derecho a la información. Podrás haberte dado cuenta que las empresas tecnológicas con muy bonitas por fuera al realizar enormes contribuciones para el combate de problemas globales, pero como te lo he contado en esta primera parte de mi columna vendes mucho y no te retribuye nada a este tipo de empresas (particularmente una llamada Facebook Inc.).
Lo único que obtienes de Facebook es la sensación de sentirte parte de un círculo cibernético y volverte adicto a ver videos estúpidos dentro de su plataforma. En la próxima entrega te contaré de verdaderas organizaciones que se preocupan por hacer del Internet más seguro, amable con el usuario y no para las empresas y los gigantes tecnológicos. En tanto, finalizo esta columna sugiriéndote #deletefacebook.
Referencias
Secretaría de Economía, Responsabilidad Social Empresarial, Ciudad de México, 2016, https://www.gob.mx/se/articulos/responsabilidad-social-empresarial-32705 [consultado el 09 de mayo de 2021]
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