¿Partidos feministas?
- Revista Afluente
- 21 mar 2021
- 3 Min. de lectura
El tema de la paridad de género en México es muy reciente. De hecho, la inserción de las mujeres a la vida política apenas tiene un siglo de historia. Cabe recordar que fue durante la segunda mitad del siglo pasado que las mujeres adquirieron el derecho a votar y ello representó uno de los primeros logros para la equidad de género. Hoy en día, la lucha por la representación política de las mujeres continúa y estas elecciones pueden darnos luz sobre los avances o retrocesos de nuestro sistema político. ¿Qué tanto se acopla este último a las recientes movilizaciones y demandas de las mujeres? ¿Qué tanto es discurso y qué tanto es verdaderamente praxis en aquellos partidos que ahora se catalogan como “feministas”?

Fuente: Forbes México
En los últimos años la sociedad mexicana ha experimentado un incremento de la violencia e inseguridad. De acuerdo con el último censo del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI), en 2019 se registraron 36,661 homicidios; de los cuales 3,893 corresponden a feminicidios. A todo esto debemos agregar que gracias a las redes sociales se han difundido a más personas numerosos casos de víctimas de feminicidio. Entre los cuales destacan el caso de Leslie, de Isabel Canabillas de la Torre e incluso los desafortunados feminicidios de menores de edad como el de Lupita, conocida como la niña de “las calcetitas rojas” o el de Fátima.

Actualmente, diversas organizaciones no gubernamentales, grupos de ciudadanos movilizados y los propios movimientos feministas exigen un verdadero Estado de Derecho a través de las movilizaciones y marchas. Por otro lado, dentro del propio sistema político ha habido algunos avances, entre estos se encuentran la Ley Olimpia o las acciones afirmativas en materia de paridad en los cargos públicos. Se podría decir que tanto en la opinión pública como entre las instituciones principales del gobierno, la violencia de género es uno de los principales problemas a resolver. Sin embargo, del dicho al hecho o en este caso del discurso a la praxis hay mucho trecho.
Ante la contienda electoral de este año no debería extrañarnos que los partidos políticos, cuyo principal objetivo es llegar al poder, traten de utilizar a su favor algunos de los movimientos sociales más importantes de los últimos años. No obstante lo único que ha demostrado esta estrategia electoral es la supuesta fachada progresista y las contradicciones entre su institucionalización y un verdadero acercamiento a las demandas más urgentes de la ciudadanía. En este mes hemos presenciado como el Partido Revolucionario Institucional (PRI) o el Partido Acción Nacional (PAN) se autoafirmaron como los partidos “más feministas”. Aunque, ¿qué significa para ellos la palabra feminismo?, valdría la pena preguntárselos y al mismo tiempo exigir su plan de acción para eliminar la violencia de género en todas sus aristas.

Fuente: Expansión
Asimismo, es importante resaltar la postulación y aceptación de candidatos agresores como Félix Salgado Macedonio, quien tiene diversas denuncias de abuso sexual, y a pesar de ello competirá por el cargo de gobernador en Guerrero. Todo esto demuestra el grado de colusión de un sistema político patriarcal al que no le importan los cuerpos y las demandas de las mujeres. El grado de descomposición del actual sistema va de abajo hacia arriba, desde el nivel local, pasando por el estatal y hasta llegar al federal. La violencia de género institucionalizada es una realidad que miles de mujeres en nuestro país tiene que vivir día a día.

Fuente: El Universal
En este sentido, las elecciones de este año son prueba de la falta de capacitación y sensibilización de los partidos políticos por resolver esta problemática. Por estos motivos existe una enorme desconfianza de los movimientos sociales hacia los partidos políticos. La institucionalización puede tergiversar las principales demandas y valores de los primeros con el único objetivo de servir como medios para llegar a un fin: el poder. ¿Cómo contrarrestar esta perversión? Sin lugar a dudas, resistir es un primer paso.
Comments