Autora Mariana Reyes Serrano
¿Cómo es que alguien se vuelve tenista profesional? ¿Y una leyenda del deporte? ¿O qué tal dos? King Richard (2021), escrita por Zach Baylin y dirigida por Reinaldo Marcus Green, nos acerca a los primeros pasos del plan de Richard Williams (interpretado por Will Smith), que buscaba hacer de sus hijas, Venus y Serena Williams (Saniyya Sidney y Demi Singleton), unas tenistas profesionales. Todo esto, desde una perspectiva permisiva y meritocrática, que se muestra correcta y un tanto rebelde y activista.
La, hasta ahora, ganadora de cinco premios (como el Premio de la Audiencia al Mejor Largometraje del Chicago International Film Festival y el mismo premio del Festival de Cine de Filadelfia) y dos nominaciones, King Richard, es un gran ejemplo de cómo solemos pensar que con esfuerzo y dedicación se logran las cosas.
El papel que desarrolla Will Smith en esta narrativa sobre el deporte intenta mostrar a un protagonista que, con las intenciones de salir adelante y buscar un mejor futuro para su familia, aprende sobre las bases del tenis y comienza a entrenar a sus hijas para este deporte. El tenis se convierte para ellos en una actividad cotidiana y familiar, que sus hijas gustan de hacer y la familia entera apoya felizmente. Mientras tanto, el personaje de Richard les recuerda que las adversidades son pasajeras y les da constantes ejemplos de cómo las cosas mejorarán cuando el plan sea cumplido.
Fuente: CNN Español
Como una figura opuesta a Richard, Oracene (Aunjanue Ellis) mantiene los pies en la tierra y, aunque apoya a su familia de la misma forma en que sus hijas lo hacen, cuestiona a Richard con el objeto de hacerle entender lo que sucede dentro de la familia, con su relación, e incluso, lo que es él mismo. Es la misma Oracene que, junto con Richard, intenta proteger constantemente a sus hijas del peligro de las calles, del racismo, del fracaso, e insertan en ellas, la mentalidad de ganadoras y mujeres fuertes.
Sin embargo, el tono de la película dista de ser crudo y violento, y tal como las hijas Williams parecen ignorar aquello que su madre Oracene ve en las noticias, la narrativa de King Richard busca discutir temas importantes y de actualidad para la sociedad estadounidense, e incluso, para la nuestra.
Este filme se posiciona del lado correcto de la historia, y con un montaje narrativo y rítmico, provoca las emociones precisas en los partidos de tenis de Venus y Serena, que manifiestan al tenis como un deporte elitista, competitivo, de alta concentración y didáctico, tanto para quienes lo juegan como para quienes lo observan.
Es así como King Richard se nos presenta, como una historia del éxito obtenido a base de esfuerzo y lucha en contra de las adversidades. Mismas que son temporales, y que, si sabemos esperar y ser constantes, podemos lograr vencer con gracia. Es una Cenicienta del tenis. Pero, también es una película exitosa dentro del público de los festivales de Estados Unidos, que se pronuncia a favor del combate de narrativas violentas como el racismo y que enseña un estereotipo de la mujer fuerte. Y que bueno que lo haga.