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El terrorífico misterio: Don’t Look Now.

Por: Chris Medina G.


Fuente: Amazon


Este texto puede contener spoilers.


Había que volver justo en el mes predilecto para recomendar una de las películas que no puedes permitirte ignorar antes de que noviembre abrace tu ser en plenitud.


La escritora británica Daphne du Maurier, fuente de decenas de obras, concede la inspiración para Don’t Look Now, una película de 1973 dirigida por Nicolas Roeg y sublimemente protagonizada por Julie Christie y Donald Sutherland.


Entre drama y misterio, la trama vierte el terror de lo desconocido para meternos en la piel de una pareja que busca superar una tragedia en la ciudad de Venecia. No obstante, llegan en un momento complicado, pues la muerte asecha por las calles que adornan la gran laguna italiana.


Personalmente, recomiendo olvidar todo lo que el terror fácil ha hecho por tantos años, recurriendo a sustos y tramas cliché que giran sobre un mismo círculo de poco contraste. Sé que para el 2021 ya se han reformulado algunos de los tintes que el género goza, pero ante lo que el mainstream, y dudosos estudios, han decidido “condecorar”, siempre cabe recordar la alternativa. Este filme juega más con lo extraño, cuestión visual y argumentativa que propone la importancia del color, de los detalles. Entre pesadillas y desventuras, consumiremos minutos vitales que concluirán de peculiar manera.


Ya en la década de los treinta había ocurrido un fenómeno fílmico en el que películas como Freaks dotaron a la otredad corpórea y a la diferencia física de características de horror. Algo que perduraría incluso hasta los ochenta con slashers como Sleepaway Camp o la misma Viernes 13. Y claro que actualmente estas prácticas, más o menos visibles, deben asumirse con una responsabilidad exhaustiva para evitar “lo incorrecto”.


Aunque, en suma, prácticamente deben entenderse en sus tiempos y ante la falta contextual de discursos más inclusivos como empáticos. Y puede que la obra que aquí nos convoca sufra un poco de lo anterior, pero sin afán de justificar, cabría también reconocer el trabajo ambiental desde la música hasta la iluminación, así como los demás participantes que componen el todo. Recordemos que los trabajos colectivos van más allá de singularidades. Repito, no justifico, es imperante entender que el consumo debe ser responsable; se puede disfrutar incluso criticando, así como se puede criticar incluso disfrutando.


En ese sentido, Don’t Look Now no puede encasillarse; es una pieza fundamental del cine, así como del género de terror. Es, quizás, una de mis cinco películas favoritas al respecto. Empero, la escena final necesita desarticularse analíticamente para sumergirla en los procesos de entendimiento y aún más importante, de reflexión.


En fin, ¿por qué perder la oportunidad de saborearla bajo estos preceptos en el mes de octubre, a solas y en la obscuridad? Si es que te cuesta encontrarla, prueba con el risible título que en Latinoamérica le impusimos: Venecia Rojo Shocking. Por lo menos en España la llamaron Amenaza en la sombra, lección para aquellas almas que critican severamente el doblaje hispano europeo. Sea cual sea su versión, es una experiencia imperdible.



Bibliografía:

Don’t Look Now, Italia, Reino Unido, Nicolas Roeg, Casey Productions Ltd., 1973

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