Donceles 815
- Revista Afluente
- 27 feb 2021
- 2 Min. de lectura
Cierras Aura de Carlos Fuentes. Te contagias del ánimo de Felipe Montero y decides salir en búsqueda de Donceles 815, el número en donde vive aquella mujer tan intrigante llamada Aura.

Conoces la calle, pero nunca te has fijado en sus detalles. Comienzas tu recorrido a espaldas del MUNAL encontrándote con el viejo teatro Fru Fru. La fachada no es la misma que solía ser cuando albergó los mejores espectáculos teatrales, aunque, por dentro sigue conservando su belleza y misterio.
Te acercas a la reja dorada del teatro a fisgonear en búsqueda de la estatua del supuesto demonio, a la que los actores rinden ofrendas para que sus obras no fracasen. No encuentras nada, continuas con tu camino.
Caminas hasta que te encuentras con el imponente Palacio Legislativo de Donceles, edificio que alberga al Congreso de la Ciudad de México. Aquel lugar que, hasta antes de la construcción del Palacio Legislativo de San Lázaro en 1982, alojaba la Cámara de Diputados. Inaugurado en 1911, el Palacio Legislativo de Donceles es un inmueble que alberga la historia del país. Por ese edificio pasaron los protagonistas de nuestra historia, ahí renunció Díaz, ahí se aprobó el voto a la mujer, ahí se aprobó la expropiación petrolera.

Te imaginas la calle como cuando los presidentes acudían a rendir su informe de gobierno, el primero de septiembre durante los años dorados del presidencialismo. Arriba de un auto descapotable, bañados en confeti, con la calle repleta de matracas agitadas por trabajadores de la Confederación de Trabajadores de México, CTM.
Das unos cuantos pasos para encontrarte con otro imponente edificio: el teatro de la Ciudad Esperanza Iris. Inaugurado en 1918, la construcción fue propiedad de la actriz y cantante Esperanza Iris. El teatro todavía conserva el esplendor de su fachada. Si hay alguna forma de recorrer Donceles definitivamente es de noche.
Continúas tu camino para encontrarte rodeado de viejas librerías que conservan joyas ocultas bajo pilas de libros. Entras a “El tomo suelto” que es resguardada por gatos que responden con afecto al tacto de los visitantes. Compras un par de libros que salen a precio de ganga para restablecer tu búsqueda.

Reanudas tu camino avanzando a la par de los números de cada edificio. Continúas admirando las construcciones que datan de la época colonial hasta que llegas a espaldas del Templo Mayor en donde termina Donceles.
No existe el 815, todo fue un invento de Carlos Fuentes. No existe Aura, no existe su sobrina, ya no existe Fuentes. Sin embargo, existe la calle de Donceles que aún conserva tesoros a la espera de ser descubiertos.
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