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12 de octubre: historia a medias

Por: Antonio Gallegos

“En 1492, los nativos descubrieron que eran indios, descubrieron que vivían en América, descubrieron que estaban desnudos, descubrieron que existía el pecado, descubrieron que debían obediencia a un rey y a una reina de otro mundo y a un dios de otro cielo, y que ese dios había inventado la culpa y el vestido y había mandado que fuera quemado vivo quien adorara al sol y a la luna y a la tierra y a la lluvia que la moja”.


Como cada año, el día de hoy, 12 de octubre, se conmemora la llegada de los conquistadores españoles a la Abya Yala (hoy América), así que hoy escribo al respecto. El análisis de este evento produce en mí un peculiar interés, sobre todo desde el punto de vista de la memoria, más que de la historia. Esto, porque la historia (occidental) se ha encargado de normalizar este y todos los procesos de dominación colonial al grado de que se reproducen como eventos inherentes al curso del ser humano, como si hubieran estado predeterminados o, peor aún, como si fueran una maldición que estaba obligada a ser. Además, son pocas las corrientes académicas que lo abordan como lo que fue: el inicio del saqueo y sometimiento más violento en la historia de todas las historias.


La memoria, por su parte, mantiene presente lo sucedido en el pasado porque influye de manera directa en el presente. Esto no es, por supuesto, una invitación a negar lo que aconteció, sino a hacer memoria a través del reconocer, señalar y criticar la historia. Esto no es sólo una opción, sino que es una auténtica necesidad, sobre todo si se toma en cuenta que el colonialismo de entonces sigue presente en toda América Latina, cual fantasma.

Considero que la enunciación es una arma formidable, así que como primer punto, creo prudente dejar de llamar a este evento como “el descubrimiento de América”, pues se descubre lo que nadie antes había visto, conocido o habitado, sin embargo, para 1942, millones habitaban la Abya Yala. Pareciera poca cosa, pero fue bajo el discurso de “el descubrimiento” que los pueblos autóctonos fueron sometidos. Descubrir algo te da derecho a poseerlo. Y ni hablar de seguir llamándolo el “día de la raza”, que es, a mi parecer, no sólo invención irónica, sino cínica. Hagamos referencia a este día como el día de la conquista; el día de la invasión europea; o el día del colonialismo, en su defecto.



Como segundo punto, me gustaría recordar que la conquista fue material, porque desde entonces hasta hoy se concibió a la naturaleza como un bien apropiable y porque en menos de 100 años los conquistadores asesinaron al 90% de la población, pero eso no fue todo. La conquista también fue epistémica y simbólica. Por un lado, porque la modernidad occidental que impuso el colonialismo (que estuvo acompañada de la racialidad y la civilidad como móviles ideológicos), antes de despojar a las poblaciones de su riqueza, las despojó de su humanidad al considerarlos animales que, por no creer en el Dios católico, debían ser adoctrinados. Y así fue. Juzgue usted cuál de ambos procesos fue el más violento.


En tercer lugar, estoy convencido de que el colonialismo sigue vigente a través de otras expresiones. La primera de ellas es que este sistema se consolidó en el mundo de hoy a través de los diferentes tipos de odio, que fundaron las más violentas formas de distinción para la dominación, como la “raza”, el sexo/género, el lugar de orígen y otros más. Es el colonialismo vigente el responsable de que el ordenamiento mundial y la distribución de la riqueza sea tan desigual. Todo esto se instauró al mismo tiempo que las colonias en América, entonces, si la historia no puede cambiarse, ¿qué hay por hacer?


Esta interrogante me lleva al cuarto punto: la historia no puede cambiar, pero quizá la manera en la que la narramos sí. Reproducir las narrativas impuestas por las escuelas de pensamiento europeas y sajonas es en sí misma una herencia del colonialismo. ¿por qué no retomar la visión de los vencidos? De no hacer una crítica contundente, los discursos de las nuevas corrientes fascistas, como el partido español Vox, seguirán presentes y ganando adeptos. No es poca cosa que la mayor parte de la nación española celebre con fervor esta fecha.


Creo que, así como enunció Galeano, las venas de América Latina siguen abiertas. Los españoles los descubrieron, los conquistaron, así que nadie piense que hay algo que celebrar. Fue también esta conquista el proceso que supuso el inicio del desarrollo del capitalismo, entonces, ¿no habría entonces que escribir historiar, erigir estatuas y pintar retratos de aquellos que lucharon y se mantienen en la lucha por la vida?


Estas fechas, sobre todo en estos tiempos, deben conducir al diálogo y a la reflexión. ¿Quién dijo dónde estaba el norte, el sur y por qué eso debe ser una condena? La historia de la conquista de México es una parte de todas las conquistas en el globo, mismas que fueron llevadas a cabo por los mismos 5 o 6 imperios, mismos que han escrito la historia, misma que está contada a medias, a su conveniencia siempre.




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