El Soplador de Estrellas
- revsafluenteescrit
- 18 sept
- 3 Min. de lectura
Por Victor Villarreal Cabello*

La obra de teatro "El Soplador de Estrellas" de Producciones Maliciosas cuenta la historia de Bornolio y Cibelina, interpretados por Baltazar III y Emma González. La propuesta del dramaturgo argentino Ricardo Talento, bajo la dirección de Sebastián Valdez, escenografía de Jimena Vega e iluminación de André Arrieta Islas se presenta los domingos a la 1 de la tarde del 24 de agosto al 21 de septiembre en Ciudad de México en el Centro Cultural El Hormiguero a unas cuadras del metro Zapata. La obra es para público de 6 años en adelante y los boletos pueden conseguirse en Boletópolis.
¿Qué es el teatro si no es juego y movimiento? Ricardo Talento, director, actor dramaturgo y docente fundador del Círculo Cultural Barracas propuso e impulsó el teatro comunitario como reconstructor del tejido social al terminar la dictadura en la Argentina. No es una casualidad que El Soplador de Estrellas se presente en México a un año de que México juegue el Mundial de Futbol. Sensibilidad y soltura, comunidad y niñez como estandartes frente a un mundo autoritario. La capacidad de mirarse a los ojos, de juntarse y de ser tiernos, dice el grupo de Teatreros los Calandracas.
De eso va la obra de teatro dirigida hacia las infancias presentes o ahora en proto-cultivo por la edad: en un mundo siempre al punto del colapso, el Maestro Bornolio busca una ayudanta con la intención de salvar a la humanidad de sí misma a través de los deseos. La idea de mirar arriba y cuidar abajo será fundamental, recuerda a la Fábula de los Tres Hermanos de Silvio Rodríguez. Bornolio sueña con cambiar al mundo soplando estrellas pues "ojo que no mira más allá no ayuda al pie", Cibelina cuidará que no se pierda el suelo, "ojo que no mira más acá tampoco fue" y la persona espectadora podrá observar la obra, pero se debe tener cuidado pues "ojo puesto en todo ya ni sabe lo que ve".
Mientras la radio grita indolencias, guerras quirúrgicas, enfermedad y muerte: el maestro Bornolio pide con todas sus fuerzas que la inclemencia termine. Su ayudanta Cibelina llega en el momento adecuado, su misión: procurar no perder el suelo. Dualidad cielo y tierra, arriba abajo, al centro tú. La oportunidad, entre la duda y el miedo, es el vértigo ¿Qué es lo que más se desea al apagar las velas? ¿El bienestar ajeno o lo propio primero? ¿Un auto nuevo o vivir ligero?

Más de dos dimensiones se anteponen frente a los ojos del público, no sólo las infancias disfrutan la obra, también él o la niña interior comprenden. Algo se narra, en más de dos líneas y para más de un público al mismo tiempo. El audio y las luces conversan, una obra atemporal que suena universal al ser tan local dice José Martí. Los deseos son un cielo, un soplo divino que replica "primero sueño" de Sor Juana o "somos polvo de estrellas" de Carl Sagan. Y aquellas estrellitas tintineantes que algún día se apagaran hoy piden a gritos las volvamos a soñar.
Mirar arriba, cuidar abajo. La primera obra de Producciones Maliciosas trae consigo seriedad y ternura, no hay nada más enserio que los juegos de la infancia, se debe de vivir con la seriedad con la que juega un niño. Así el teatro y sus conversaciones con el presente se hacen audibles. Quizá la única crítica que se le puede estocar sin mucho éxito a El Soplador de Estrellas es la renovación, mientras la radio pasa a segundo plano y se adoctrina a través de luces tintineantes al mismo tiempo todo sigue vigente: violencias, despojo, carencias y desigualdades bíblicas. Al mismo tiempo, la apuesta por la niñez es la apuesta por el futuro, por la renovación de los deseos humanos.
Un, dos, tres: son los deseos que se piden al apagar las velas. Salud, pasar un examen, el trabajo soñado y el bienestar ajeno son algunos de los deseos que se escuchan entre los pasillos de El Hormiguero. Un espacio que permite que se presenten diversas obras sobre muchos temas ¿Primero la representación y luego la voluntad? O ¿Primero el cielo y luego el suelo? Ya dentro de la obra los asistentes lo descubrirán.

Este texto es posible gracias a Producciones Maliciosas.
*Momoxca, internacionalista, escritor y migrantólogo.









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