“Tú y yo somos uno mismo, México-España”
- Revista Afluente
- 13 ago 2021
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Este año se conmemoran 500 años de la conquista de México. El tema resalta por la pluralidad y complejidad de sus aspectos, significados y consecuencias, y nos incomoda como mexicanos con el fantasma de la derrota, como nos obligó a enfrentarlo Miguel León-Portilla en su Visión de los vencidos. Una manera de aproximarnos a la conquista podría ser la de Fernand Braudel, quien definió tres grandes tiempos históricos: la larga duración, los movimientos coyunturales y los acontecimientos, dando lugar a un “estallido de la historia” que indaga todos los aspectos de la existencia con el auxilio de todas las ciencias.
En la perspectiva de la larga duración, el descubrimiento, la conquista de México y del continente americano, el “Encuentro de Dos Mundos” –así lo llamó León-Portilla– sobresale como una de las más grandes conmociones de nuestra historia, que provocó a lo largo de las décadas y siglos siguientes un conjunto de transformaciones radicales en todos los aspectos de la vida humana: tecnológicos, bacteriológicos, políticos, económicos, ecológicos, sociales, culturales, culinarios, religiosos, lingüísticos, etc.
Esta gran transformación es una de las revoluciones de la historia de México después del primer poblamiento de América y de la revolución agrícola. La Independencia, la Reforma y la Revolución mexicana configuran el “ciclo de las revoluciones burguesas”, según Enrique Semo, y se inscriben en el proceso multisecular iniciado por la conquista, primera mundialización, que inicia nuestra transición al capitalismo.

En la perspectiva de los movimientos coyunturales, al apreciar los efectos de la conquista, se ha considerado la catástrofe demográfica debida fundamentalmente a las enfermedades infecciosas que trajeron los conquistadores. La baja de la población indígena y el descubrimiento de las minas de plata del norte de la Nueva España resultaron determinantes para la conformación de la estructura económica novohispana, con las haciendas y los ranchos que caracterizaron al campo mexicano hasta la reforma agraria del siglo XX, en conflictiva simbiosis con los pueblos de indios.
Un primer acontecimiento de la conquista podría ser el de 1502, cuando Moctezuma, recién nombrado hueytlatoani, se enteró de la existencia de los españoles y sus terribles armas. Pues una canoa mercante mesoamericana (nahua o maya) se topó en el golfo de Honduras con una embarcación española de Cristóbal Colón, en el cuarto de sus viajes a “las Indias”. A lo largo de sus dieciocho años de gobierno, Moctezuma fue recibiendo más pruebas de la presencia de hombres extraños en las islas antillanas, con una tecnología letal y que habían traído epidemias y explotación.
Tal vez por eso el emperador se llamó Moctezuma, “Tu señor frunce el ceño”, en náhuatl. Así, tal vez, se formaron los famosos presagios, como rumores de la conquista… En todo caso, los mesoamericanos descubrieron a los españoles mucho antes de que éstos descubriesen a los mexicas.

Ya hemos aludido a varios motivos para explicar la caída del imperio de Moctezuma. Sin embargo, creo importante abordar dos temas estrechamente relacionados: el regreso de Quetzalcóatl y la divinización de los españoles.
En primer lugar, veamos el famoso mito del regreso de Quetzalcóatl, la Serpiente Emplumada, aducido a menudo para justificar la supuesta pasividad y la derrota de los mexicas. Otros autores consideran que la idea del regreso de Quetzalcóatl es un mito colonial o incluso una invención del mismo Cortés para explicar la supuesta entrega del reino que le hiciera Moctezuma. Si examinamos las fuentes, encontramos la mención del regreso de Quetzalcóatl en la segunda carta de relación de Cortés, pero también en la Historia de Sahagún y en otras fuentes redactadas en español.
Algunas de estas fuentes son confusas o están marcadas por una visión cristiana que llega a identificar a Quetzalcóatl con un misionero o santo. Ahora bien, destacados especialistas como Henry B. Nicholson y Michel Graulich consideran que las fuentes son fidedignas para establecer la existencia prehispánica de la idea según la cual se esperaba el regreso de Quetzalcóatl. Por una parte, los discursos atribuidos a Moctezuma en la segunda carta de Cortés también han sido reportados por otros testigos.

Por otra, la concepción del regreso de una deidad es conforme a la concepción cíclica del tiempo que fundamenta la cosmovisión mesoamericana. De acuerdo con este esquema, Tezcatlipoca, el Señor del Espejo Humeante, y Quetzalcóatl alternaban como Soles de las distintas eras cósmicas (los famosos Cinco Soles), y en vísperas de la conquista los mexicas vivían bajo el Sol dominado por su deidad tutelar Huitzilopochtli, estrechamente vinculada con Tezcatlipoca.
De manera que la asociación de la llegada de los españoles con el regreso de Quetzalcóatl para derrotar el poder de Huitzilopochtli-Tezcatlipoca era perfectamente lógica, tanto más que el año 1 Caña, 1519 –cuando llegaron los conquistadores–, era el nombre calendárico de la Serpiente Emplumada y coincidía con su fecha de nacimiento. Por ello, cabe la posibilidad de que Moctezuma haya estado angustiado por el “regreso” de Quetzalcóatl, cuyo trono ocupaba “solamente por un tiempo”, y que la “entrega” de su reino a los españoles mencionada por Cortés tenga algún fundamento.
Por otra parte, ante los conquistadores, después de medir su poder –por ejemplo al influir sobre los mayas chontales de Centla para que los atacaran–, el tlatoani adoptó varias estrategias para contrarrestar su avance. Por ejemplo, tácticas mágicas inspiradas en los mitos. Moctezuma mandó a la costa a un personaje que se parecía tanto a Cortés que los propios españoles, divertidos, lo llamaron Cortés. En realidad, el tlatoani esperaba reproducir la maniobra de Tezcatlipoca en Tollan, quien presentó ante Quetzalcóatl un espejo para confundirlo.

A la vez, empleó recursos más drásticos para luchar contra los extranjeros. Se ha mencionado que la supuesta matanza de Cholula fue muy probablemente una emboscada; acusado, Moctezuma tuvo que confesar que había tropas suyas alrededor de la ciudad y la guarnición española de Veracruz fue atacada al mismo tiempo. Y lo mismo se puede decir de la matanza del Templo Mayor.
Estos elementos contribuyen a revalorar la personalidad de Moctezuma. El orgullo y la tiranía del tlatoani se pueden ahora colocar entre los mitos que los vencidos de la conquista forjaron para explicar el castigo del rey transgresor, chivo expiatorio de la catástrofe que fue la conquista. También debemos renunciar al cliché de los indios indefensos y pacíficos que esperaron hasta el último momento para enfrentar a los españoles que perpetraban matanzas gratuitas. En realidad, los mexicas sí se defendieron y Moctezuma no fue el soberano supersticioso y cobarde que abandonó su imperio sin pelear contra los extranjeros.
Te quiero “in k’aatech” en Maya.
Bibliografía
Pastrana Flores, Miguel. (2020). La entrega del poder de Moctezuma. Una propuesta crítica. Estudios de historia novohispana, (62), 111-144. Epub 04 de diciembre de 2020.https://doi.org/10.22201/iih.24486922e.2020.62.72727
Villanueva Villanueva, Nancy Beatriz, & Victoria Ojeda, Jorge. (2020). Catolicismo popular con raíces precolombinas. El culto a la Virgen de Las Ruinas de Aké, Yucatán. Cuicuilco. Revista de ciencias antropológicas, 27(78), 165-187. Epub 06 de mayo de 2021.






Excelente artícul, una gran aportación.